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En estos momentos, la comprensión de lo que ocurría en Argentina durante las décadas de los años ‘60 y ‘70 se ve obstaculizada por la brecha que se ha formado a lo largo de más de medio siglo en la percepción generalizada sobre qué es posible y qué no. La metáfora sería antes todo era posible, y ahora nada lo es. Se puede fortalecer dicha comprensión contextualizando los hechos del pasado. En ese sentido, la siguiente cita de Lucas Rubinich a Rolando García parece particularmente valiosa:
Voy a terminar simplemente con lo que vengo reiterando -y lo digo en el texto también-, con las grandes palabras que dijo una referencia extraordinaria de la universidad pública argentina, que es Rolando García. En el año 2006, con 87 años, da una conferencia en su facultad, siendo el decano mítico apaleado en la Noche de los Bastones Largos. Rolando García se sienta con 87 años y se nota que estaba un poco molesto y dijo “bueno, uno me ha dicho que esto no es posible, que aquello no es posible, que las condiciones de lo posible no dan para hacer cosas, etc”. Y García dice, “bueno, desde mi mirada epistemológica, debería decir que cuando lo posible se acepta de esa manera es la definición de lo posible definido por los otros”. Nosotros tenemos que construir nuestro propio posible y esa construcción no es necesariamente fácil, pero si uno no identifica el problema, si uno cree que lo posible es algo dado. Y para alguien de Sociología es terrible decir eso. Porque estamos con los temas de 1er año: “los hechos sociales son un producto histórico-cultural”. ¡Lo decimos!, ¡leemos a Marx!, ¡lo decimos 10 mil veces! Entonces, ¡¿Cómo vas a naturalizar lo posible?! Rolando García, con gran sabiduría dijo que lo posible es una construcción y que lo posible no es soplar y hacer botellas. La construcción del propio posible es algo difícil. Pero si no hacemos esa apuesta, ¿para qué diablos estamos acá?
Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Contra-el-Homo-Resignatus-presentacion-del-libro-de-Lucas-Rubinich