Fuente: Barrapunto
Diversos medios informan de que doce universidades estadounidenses han firmado un nuevo acuerdo con Google en virtud del cual se digitalizarán en Google Books Search hasta diez millones de volúmenes de sus fondos bibliográficos. En el caso de volúmenes completos, serán obras cuyo copyright haya expirado, pese a lo cual la Asociación de Autores de EE.UU. y otros grupos editoriales se han opuesto argumentando que la iniciativa atenta contra los derechos de autor. Una iniciativa fundamental para universalizar el conocimiento humano (al menos el que está en el dominio público) que probablemente debería haberse realizado ya por iniciativa pública y que gracias a Google vamos teniendo disponible online. Al igual que ahora los editores estadounidenses, ya asistimos a resistencias previas del mismo tipo en Europa, como el episodio sonrojante y chovinista del director de la Biblioteca Nacional francesa o la denuncia contra Google del mayor grupo editorial francés por prestarnos un servicio a los lectores. Se aprecia así claramente que a estas entidades editoras no les mueve en absoluto la defensa de la cultura ni del público lector, como suelen proclamar retóricamente, sino su exclusivo interés mercantil, considerándose propietarios incluso de aquello que a todos nos pertenece por encontrarse en un cada vez más reducido y alejado en el tiempo dominio público (a causa de la extensión constante del tiempo de copyright).